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Crónica de una Reforma Fiscal anunciada
Durante su campaña electoral, el presidente Constitucional de nuestro país, Andrés Manuel López Obrador prometió que, durante los tres primeros años de gestión, es decir, del 2018 al 2021, no habría una Reforma Fiscal que incluyera un alza a las tasas de impuestos, ni se crearían nuevos impuestos, sin embargo, por la situación económica y financiera actual en la que se encuentra sumergida nuestro país, para el 2022 las cosas pudieran cambiar.
Durante el pasado mes de mayo, el Lic. Arturo Herrera Gutiérrez, actual titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y quien ha sido postulado para ser el próximo gobernador de Banco de México (Banxico) por el Presidente López Obrador, informó mediante una entrevista de radio que, “la reforma podría entrar en vigor en 2022. Para que esto pase, debe ser aprobada en el próximo periodo de sesiones del Congreso en septiembre”, sin embargo, no entró en detalles.
No obstante, quien parece haber ganado la carrera para presentar la propuesta por la Reforma Fiscal 2022 debido a los próximos cambios en la SHCP, ha sido la actual jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT), la Lic. Raquel Buenrostro Sánchez, quien comunicó en días anteriores que sí se contempla una Reforma Fiscal para el 2022 con la expectativa de que se incrementen los ingresos tributarios en al menos $200,000 millones de pesos adicionales a lo que se tiene presupuestado recaudar en el presente ejercicio, sin embargo, manifiesta la licenciada, que no implicará un aumento de impuestos, sino tan solo algunas modificaciones fiscales, puntualizando lo siguiente:
“Estas modificaciones fiscales son: facilidades administrativas y digitales para hacerle la vida más fácil al contribuyente, en primer lugar; la otra son precisiones de ley para evitar planeaciones fiscales agresivas y defraudaciones fiscales”.
Adicionalmente, mencionó la jefa del SAT, que la Reforma Fiscal se presentará con el Paquete Económico al Congreso de la Unión en el próximo mes de septiembre que incluirá diversos cambios legales para limitar la posibilidad de que las empresas reduzcan la base gravable, y al parecer, buscarán que las modificaciones se incluyan en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) 2022.
Posiblemente, algunos de los lectores, aplaudirán al escuchar que para la Reforma Fiscal 2022 no se contempla un aumento en las tasas de impuestos, ni la creación de nuevos impuestos, sin embargo, ante tal medida solo existen dos posibles escenarios en las modificaciones a dicha Reforma:
Aumentar la base gravable sobre la cual se realiza el pago de impuestos que, por obvias razones, se verá reflejado en un aumento en el pago de impuestos de los contribuyentes independientemente de si se aumenta las tasas de impuestos o no.
Aumentar las facultades de comprobación con las que cuentan las autoridades fiscales para incrementar los ingresos tributarios mediante la fiscalización.
Bajo cualquiera de las dos medidas anteriores se observa de nueva cuenta que nos encontraremos en la constante de que se “le cobren más impuestos a los que siempre pagan”, es decir, a los empresarios que generan empleos en nuestro País.
Otro aspecto a considerar, es que las modificaciones de la Reforma Fiscal 2022 sean contempladas en la LIF y no dentro del ordenamiento jurídico correspondiente, es decir, si desean modificar la base gravable para ISR de los contribuyentes, lo correcto es que se modifique la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) y no la LIF, ya que genera confusión e incertidumbre jurídica a los contribuyentes respecto a la jerarquía tributaria que existe entre las leyes inmiscuidas, además de una serie de violaciones Constitucionales que sufren los contribuyentes.
Adicionalmente, la Lic. Raquel Buenrostro añadió en el comunicado los detalles respecto a la publicación realizada por el SAT referente al informe sobre las tasas efectivas de ISR de Grandes Contribuyentes, que establece los primeros parámetros de acuerdo a su actividad preponderante y la tasa de ISR que debieran estar manifestando este tipo de contribuyentes, todo esto basado en la información que obra en su base de datos, con esperando que los contribuyentes que tributaron por debajo de estos parámetros se “autocorrijan” presentado declaraciones complementarias, y con ello estiman obtener una derrama económica adicional de $700,000 millones de pesos. La traducción a este párrafo sería entonces: “iniciaremos actos de fiscalización a los Grandes Contribuyentes”.
Con el debido respeto, solo habría que recordarle a la jefa del SAT que para la determinación del ISR de los contribuyentes existe la anteriormente mencionada LISR, la cual establece los parámetros legales para determinar la base gravable y el ISR de los contribuyentes y que dicha Ley debe de respetarse por encima de la información que obra en la base de datos del propio SAT.
La Reforma Fiscal para el 2022 llegará el próximo septiembre al Congreso de la Unión y estoy convencido de que será aprobada “sin cambiarle ni una coma”, esto por la mayoría absoluta con la que cuenta el partido MORENA y sus aliados, sin embargo, lejos de ser la Reforma Fiscal que nuestro País necesita para crecer, continuará dándole más poder a las autoridades fiscales para fiscalizar a los mismos de siempre, el hartazgo de los contribuyentes continuará a la alza, desmotivará la inversión en nuestro País y si las Cámaras empresariales y las Organizaciones No Gubernamentales no se unen para levantar la voz, continuará el despilfarro de los gastos e inversiones no productivas por parte del Estado, incrementando la economía informal, la evasión fiscal y la corrupción.
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